Yo era un hombre lobo con ojos rojos, pelo gris, garras como picos de loro y unos dientes como puntas de navaja. Me encontré con
mi amigo Miguel, que es un bombero profesional. Tiene un maletín negro y es rico, viste muy elegante. Nos conocimos cuando él venía con su coche por la autopista, de noche, y de pronto aparecí yo. Me intrigó por su vestimenta y lo amable que era a pesar de yo ser un Hombre Lobo. Al cabo de un rato me encontré con un científico, no era tan rico como el otro, ni tan guapo, pero sí era gracioso. Mi padre, antes de ser Hombre Lobo y morderme, trabajó con este señor y siempre me daba piruletas. Fuimos a su laboratorio y lo tenía destrozado, no sabíamos quién lo hizo ni cómo lo hizo. Fuimos a C.A. y nos dijeron que no pasaba nada. Era el hombre lobo, otro hombre lobo. Miguel falleció y los casos salían a la luz. Nosotros íbamos por la calle cuando un niño dijo: "A.T." Fuimos allí y un señor nos dijo que no estaba embrujada. Los cielos se embrujaron y se lo tragó. Al final el Hombre lobo era mi primo.
0 comentarios